
Una mirada al ‘chemsex’, cuando se usan drogas para mantener sexo
El chemsex es una práctica sexual que conlleva el uso de drogas mientras se mantienen relaciones. A pesar de ser minoritaria, es una práctica de riesgo si se desarrolla un consumo problemático.
Los efectos adversos. El abuso de chemsex se manifiesta en forma de problemas de salud mental: paranoia, brotes psicóticos, depresión o ansiedad son algunos de los síntomas más comunes que se registran en las consultas.
- Además, los pacientes que intentan dejarlo tienen dificultades para relacionarse sexualmente sin drogas.
También hay que considerar el peor escenario: las adicciones, que pueden llevar a muertes por sobredosis o suicidio.
- El consumo de metanfetamina es el más problemático a largo plazo, ya que puede provocar ideas suicidas.
- Además, la vía de administración influye: la inyectada tiene más riesgo.
Detrás del chemsex puede haber muchas intenciones. Por ejemplo, aumentar la libido y el placer, desinhibirse o realizar determinadas fantasías sexuales.
- Los problemas para la salud mental surgen cuando se utiliza para camuflar el miedo al rechazo de las parejas sexuales, la soledad o la baja autoestima.
© Ilustración: Malte Mueller (Getty)
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