El enfrentamiento entre Lidl y el Observatorio del Bienestar Animal (OBA) ha dado un paso más allá de la controversia pública para trasladarse al terreno judicial. La cadena de supermercados de origen alemán ha presentado una demanda por difamación contra la organización animalista tras la difusión de una serie de contenidos que, según la compañía, perjudican gravemente su honor y reputación.
OBA ha centrado su última campaña en denunciar lo que considera un presunto maltrato sistemático hacia los pollos que Lidl vende en sus establecimientos. En diversos vídeos y publicaciones, el colectivo apunta directamente a la cadena como una de las responsables de comercializar carne de animales criados en condiciones que consideran inaceptables.
Las imágenes, acompañadas de testimonios y datos, dibujan un escenario de sufrimiento animal en granjas proveedoras que, según OBA, abastecen a Lidl en España y otros países europeos.
La organización ha articulado su denuncia en el marco de la iniciativa "Compromiso Europeo del Pollo" (ECC, por sus siglas en inglés), una serie de estándares promovidos por entidades defensoras de los derechos de los animales que instan a las empresas a mejorar el bienestar de las aves de corral. Lidl, sostienen desde OBA, sigue sin adherirse a esta iniciativa pese a las presiones de consumidores y organizaciones sociales.
El contenido de la campaña ha tenido una notable repercusión en redes sociales y medios digitales, generando un aluvión de críticas hacia la marca. Las acusaciones, sin embargo, han sido consideradas por Lidl como infundadas, desproporcionadas y, sobre todo, dañinas para su imagen pública.
En respuesta, la cadena ha decidido dar el paso de acudir a los tribunales. La demanda, interpuesta ante la Audiencia Provincial de Madrid, acusa a OBA de difundir bulos y afirmaciones difamatorias de forma reiterada, afectando no solo al prestigio de Lidl, sino también a la percepción que los clientes tienen sobre la calidad y el origen de sus productos.
"Esta campaña no se basa en hechos objetivos ni contrastados. Es una manipulación que busca desacreditar el trabajo que realizamos en nuestra cadena de suministro", sostienen fuentes de Lidl citadas por InfoRetail.
La compañía insiste en que cumple con toda la normativa europea en materia de bienestar animal y que trabaja con proveedores certificados. Además, recalca que ya ha implementado mejoras en las condiciones de cría de pollos, aunque sin adherirse oficialmente al ECC.
El Observatorio del Bienestar Animal, por su parte, ha defendido la veracidad de sus investigaciones. Según la organización, las imágenes han sido obtenidas en granjas reales proveedoras de Lidl, y denuncian que las condiciones de hacinamiento, la falta de luz natural o la rápida ganancia de peso de los animales son elementos incompatibles con un trato ético.
El conflicto plantea un nuevo episodio en la tensa relación entre grandes superficies y movimientos animalistas, especialmente en lo relativo a la producción intensiva de carne. Cada vez más consumidores muestran sensibilidad hacia el origen de los productos que adquieren, y las campañas de este tipo logran generar un impacto reputacional considerable.
No es la primera vez que Lidl se enfrenta a una controversia de este tipo. En años anteriores, otras organizaciones ya habían puesto en cuestión las prácticas ganaderas de algunos de sus proveedores. La cadena ha respondido en distintas ocasiones subrayando sus esfuerzos por mejorar la trazabilidad, la sostenibilidad y el bienestar animal en toda su red de suministros.
En paralelo al proceso judicial, no se descarta que Lidl emprenda otras acciones legales o comunicativas para defender su posicionamiento. Mientras tanto, OBA ha intensificado su campaña, apelando directamente a los consumidores para que presionen a la cadena mediante peticiones, boicots simbólicos o mensajes en redes sociales.
Imágenes | Lidl
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